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CONSIDERACIONES PARA APLICAR LOS PRINCIPIOS DE LA TEORÍA DEL
ACTOR-RED A LA COMUNICACIÓN PÚBLICA DE LA CIENCIA Y LA
TECNOLOGÍA
CONSIDERATIONS FOR THE APPLICATION OF THE PRINCIPLES OF ACTOR-
NETWORK THEORY TO THE PUBLIC COMMUNICATION OF SCIENCE AND
TECHNOLOGY
Daniel Martínez Sahagún
1
Cómo citar esté artículo: Martínez, D. (2019) Consideraciones para aplicar los principios de la
teoría del actor-red a la comunicación pública de la ciencia y la tecnología. Revista INNOVA
ITFIP. 5 (1). 78 88
Recibido: Marzo de 2019. Aprobado: Octubre de 2019
_________________________________
Resumen
Los modelos de comunicación pública de la ciencia y la tecnología requieren actualizar sus
principios teóricos, entre otras razones, debido a que mantienen consideraciones esencialistas y
erróneas sobre los actores que participan en estos procesos. Es por eso que en el presente artículo
se actualizan las concepciones de comunicación, ciencia, tecnología y públicos que están vigentes
en la divulgación de la ciencia en México, gracias a las consideraciones que aporta la teoría del
actor-red para mejorar los procesos divulgativos a través de las Tecnologías de la Información y la
Comunicación, con las que se actualizan los modelos divulgativos de forma que se sintonicen con
los escenarios de la cuarta revolución industrial.
Palabras clave: Revisión teórica, teoría del actor-red, TIC, modelos de comunicación.
Abstract
The public communication models of science and technology require to update their theoretical
principles, among other reasons, because they maintain essentialist and misleading considerations
about the actors that participate in these processes. That is why in this article studies the conceptions
of communication, science, technology and publics that are in used in the dissemination of science
1
Licenciado en Periodismo y Comunicación, maestro en Historia y Doctor en Estudios Interdisciplinarios. Ha realizado investigaciones
sobre historia de la comunicación pública de la ciencia. Actualmente coordina el diplomado en Comunicación Pública de la Ciencia
en la Universidad Autónoma de Querétaro. México. Email: daniel.martinez@uaq.mx
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in Mexico, thanks to the considerations that the actor-network theory provides to improve the
dissemination processes through the Information and Communication Technologies with which
the informative models are updated according with the scenarios of the fourth industrial revolution.
Keywords: (theoretical review, Actor-network theory, ICT, models of communication).
1. Introducción
En el presente estudio se hace una revisión
teórica sobre las concepciones que guían la
comunicación pública de la ciencia y la
tecnología (CPCT) en México a través de
diversos modelos comunicativos (Rueda,
2015), para generar estrategias que
armonicen sus conceptos con los escenarios
correspondientes a la cuarta revolución
industrial (Daemmrich, 2017; Escudero,
2018).
Debido a la emergencia de estos nuevos
escenarios, los modelos tradicionales
presentan un desfase frente a la complejidad
emergente debido a que incluyen definiciones
esencialistas de ‘ciencia’, ‘tecnología’,
‘comunicación’ y ‘públicos’ con lo cual
conciben los procesos comunicativos como
lineales y centrados en los emisores.
Frente a esta visión tradicional, este texto
plantea consideraciones basadas en la teoría
del actor-red (TA-R), con las que es posible
generar alternativas que democraticen
(Durant, 1990, en Vara, 2007, p. 42) los
procesos de comunicación del conocimiento
gracias a la inclusión de actores y visiones
emergentes que conciben redes flexibles de
comunicación en las que lo humano ya no es
lo central en los procesos de educación
(Snaza y Weaver, 2015) y divulgación de la
ciencia.
El problema se ubica en que los modelos
tradicionales de CPCT, el de Apreciación
Pública de la Ciencia y la Tecnología y el de
Compromiso Público con la Ciencia y la
Tecnología -llamados PAST y PEST,
respectivamente, por sus siglas en inglés-,
parten de la suposición de que, al educar con
productos comunicativos simplificados a
públicos ya existentes, estos comenzarían a
apreciar el conocimiento científico (Lozano,
2005, p. 18) y tecnológico, y a
comprometerse con la superación de sus
obstáculos.
Sin embargo, tras numerosos esfuerzos para
lograr la apreciación y el compromiso de los
públicos en temas de ciencia y tecnología,
estas metas no han sido alcanzadas porque
dichas premisas excluyen a actores
emergentes en los procesos comunicativos e
intentan alfabetizar científicamente bajo la
presunción de que los públicos ya se
encuentran formados y dispuestos para ser
culturizados científicamente.
Frente a esta visión esencialista (que requiere
de una característica fundamental para definir
a la comunicación), los modelos CUSP (por
sus siglas en inglés: Critical Understanding of
Science in Public), buscan fomentar la
comunicación y la comprensión crítica de la
ciencia y la tecnología mediante la generación
de públicos conectados en redes heterogéneas
(Alcíbar, 2009, p. 167), que pueden sostener
procesos comunicativos más amplios,
incluyentes y democráticos
En este sentido, la propuesta que se presenta
en este texto corresponde a un momento en el
que, más que buscar la culturización de los
“analfabetas” en materias de ciencia y
tecnología, se busca la generación de
entendimiento crítico de la ciencia, desde el
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que se superen las visiones antropocéntricas y
dicotómicas del pasado.
Debido a que en la revisión se ubicó una
laguna teórica (Herrera et al., 2016, p. 47)
respecto a los aportes que permiten
confrontar la visión dominante de la
divulgación (Avellaneda y Pérez, 2009, p. 93)
se recurria los conceptos provenientes de la
TA-R, para generar estrategias que
coadyuven a democratizar los procesos de
comunicación de la ciencia y la tecnología
mediante la comprensión de los escenarios
actuales y futuros de la comunicación y
divulgación científica.
Como nota metodológica, en esta
investigación se realizó́ una revisión crítica
de los modelos de comunicación pública de la
ciencia y la tecnología utilizados para hacer
divulgación en México con la finalidad de
destacar sus desfases con las posibilidades
derivadas de la cuarta revolución industrial, y
hacer una propuesta para actualizarlos
tomando en cuenta las consideraciones de la
Teoría del actor-red.
2. Desarrollo
En la literatura especializada reciente, el
público permanece como una “variable
ausente” (Alcíbar, 2009, p. 169) dentro de los
estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad
(CTS) pues usualmente se le define como
“cualquier persona” (Burns, O’Connor, &
Stocklmayer, 2003, p. 184), aunque si bien
puede segmentársele en: científicos,
mediadores, tomadores de decisiones,
público en general, público atento -bien
informado- y/o público interesado, aunque no
necesariamente bien informado (2003, p.
184).
Desde esta conceptualización, el público -en
singular-, difícilmente ha sido reconocido
como un actor con agencia (capacidad de
actuar) pues se le considera con una
existencia perenne, mientras que a la ciencia
se le considera un conocimiento acumulativo,
y a la tecnología la aplicación de este
conocimiento (Alcíbar, 2015).
Sin embargo, estas definiciones tradicionales
han dejado de ser útiles frente a los cambios
(Escudero y Farías, 2015, p. 6) que
caracterizan estos procesos, de modo que se
requiere redefinir el concepto de ‘público’ por
una concepción plural de públicos asociados
en redes comunicativas con actores no
humanos.
De esta forma se propone substituir las
categorías ancladas en la tercera revolución
industrial (Escudero, 2018) porque dificultan
la operación de los modelos de CPCT y se
requiere afinarlas conforme los nuevos
escenarios en los que diferentes actores
humanos, por ejemplo, a través de
capacitación y el mejoramiento y los no
humanos, se asocien en redes (Palma, Leiva,
Marroquín y Torres, 2017 p.103) por las que
circule el conocimiento científico y
tecnológico (Quintero y Molero de Cabeza,
2016).
2.1 La Teoría del Actor-Red
A inicios de 1970, las propuestas teóricas
hechas por el Gabriel Tarde en la segunda
mitad del siglo XIX, fueron actualizadas por
representantes de la TA-R como Latour,
Callon y Law con lo reabrieron la discusión
sobre definiciones ya consideradas
establecidas como “lo social” y “la sociedad”.
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Siguiendo los planteamientos de la TA-R, se
desarrollaron estos principios lo que permitió
reconsiderar conceptos centrales de la CPCT
como ‘ciencia’, ‘tecnología’, ‘públicos y
‘comunicación’ con el fin describir este tipo
de divulgación basada en las asociaciones que
establecen provisionalmente los actores
humanos y la tecnología.
2.2 Consideraciones para un modelo de
comunicación basado en la Teoría del
Actor-Red.
Con las consideraciones planteadas por
Latour (1996) en Francia y luego sintetizadas
en español por Tirado y Domènech (1998)
bajo el nombre de sociología de las
asociaciones y el giro postsocial (2005), es
posible definir y explicar de mejor forma
complejos procesos de comunicación de la
ciencia y la tecnología.
Autores como Negrete-Yankelevich (2008)
argumentan que comunicar ciencia y
tecnología como una serie acumulativa de
hechos ciertos no facilita su democratización,
sino que es justamente el reconocimiento de
su falibilidad, flexibilidad, grados de
incertidumbre e interacción, lo que generará
actitudes favorables y participación mediante
la creación de comunidades conectadas en
redes.
En este sentido, los principios de la TA-R
prevén que los productos de CPCT deben
incluir controversias que inviten a los
públicos a contribuir en las discusiones a la
par que definen a la comunicación como un
proceso donde casi todo participa a través de
las fases de la formación, interesamiento,
enrolamiento y asociación de públicos.
De esta manera, los nuevos modelos de
comunicación en red tienen que tomar en
cuenta estas consideraciones y utilizar el
principio de la reversibilidad, la
resignificación y la performatividad, además
de la implementación de las nuevas
tecnologías de la información y la
comunicación (TIC): “con el fin de poder
tener elementos de juicio para dar soluciones
a las diferentes problemáticas dentro del
contexto socioeducativo (Barragán y Zarete,
2017, p.37); por consiguiente, “acertando en
que las TIC son un pilar fundamental para el
desarrollo. (Palma, Alarcón & Hernández
2018. P. 68)
En este escenario, con la popularización de
las TIC, el carácter cambiante de las redes va
a aumentar exponencialmente con la
interconexión de diferentes actores en
ámbitos como la educación, la investigación
(Avendaño, 2017, p. 114), , el
entretenimiento y la administración (a través
de chatbots, presentadores virtuales, internet
de las cosas, y otros), por lo que es necesaria
una concepción renovada de comunicación
como conexiones en redes y el
establecimiento de estas redes con el objetivo
de “socializar el conocimiento” (Velázquez,
García, Rincón y Peña, 2018. p.59).
Para describir estas redes de circulación de
conocimientos tecnocientíficos, Latour
realizó una propuesta conceptual resumida en
el siguiente diagrama (2001) en el que se
describen las fases de los procesos de
comunicación de las tecnociencias, ideadas
desde la TA-R:
Ilustración 1. Diagrama de circulación de la ciencia,
propuesto por la TA-R. Fuente: Latour (2001, p.54).
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La adopción de esta noción no esencialista de
red ayudaría a implementar acciones
tendientes a la democratización del
conocimiento, materializadas en México a
través de programas, productos, campañas y
políticas de CPCT.
Con esta definición actualizada de
comunicación, se vuelve plausible conectar a
los actores relevantes en los procesos de
divulgación de manera que se logre hacer
circular entre grandes capas de la población a
la ciencia y la tecnología (Latour, 2001) hasta
que sus ideas y conceptos se deslicen a la
conversación coloquial.
En este sentido, con el objetivo de facilitar los
procesos de comunicación en red de las
tecnociencias, Fioravanti y Velho (2010, p.1)
sintetizaron algunas recomendaciones sobre
para incluir las consideraciones de la TA-R de
manera que se les pueda incluir en los
programas de CPCT en América Latina,
particularmente en el caso del periodismo
científico:
a. Seguir las conexiones. Significa
explorar cómo y por qué se hizo una
investigación, de acuerdo con las preguntas
clave que cualquier periodista debe
preguntar: qué, quién, cuándo, dónde, por qué
y cómo.
b. Ir despacio. Implica mapear el territorio
como un cuidadoso cartógrafo para ubicar
cómo fueron hechas las conexiones. [...] En
términos periodísticos, significa no aceptar
las conclusiones s fáciles o a los actores
más evidentes. En su lugar, uno debe observar
a los actores de atrás de la escena. Así, los
logros científicos emergerán
consistentemente como un trabajo colectivo y
no gracias a la labor solitaria de los
científicos.
c. Mirar de cerca o miopemente. Significa
desarrollar una visión detallada en vez de
intentar examinar todo, como lo hace un
generalista.
d. No cambiar la manera en la que uno se
mueve. Este procedimiento permite encontrar
las rutas y mapear el nuevo escenario. Al
construir un escenario tan completo como sea
posible con actores, máquinas, instituciones
y espacios, se ayuda al lector a entender
mejor la evolución del conocimiento
científico.
e. Mantener todo plano. Supone eliminar
las distinciones entre lo que anteriormente
parecía separado, distante u opuesto, de
manera que:
[...] no habrá más global o local, sólo sitios
más o menos conectados con otros sitios.
[Esto significa] transformar a los actores
aparentemente más poderosos, así como a los
menos poderosos, en puntos, y así rastrear sus
conexiones e interacciones. La extensión y
durabilidad de estas conexiones es lo que va
a determinar el poder real y la relevancia de
cada actor. (Fioravanti y Velho, 2010, p. 3)
3. Conclusiones y recomendaciones
En este texto argumentamos que varias
nociones originadas en la TA-R permiten
redefinir las concepciones comunicativas
para facilitar la CPCT, en su vertiente de
modelos divulgativos, mediante el
reconocimiento de se ha vuelto necesario
superar el esencialismo y el antropocentrismo
que actualmente caracteriza a la mayor parte
de los modelos comunicativos utilizados en
México.
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De acuerdo con esta propuesta basada en la
TA-R, un modelo divulgativo funcional debe
reconfigurar las concepciones tradicionales
de ciencia y tecnología, al unirlos en un solo
actor-red: las tecnociencias, además de
considerar las características de
performatividad, simetría de agencias,
hibridación y controversias como factores
que impulsan la democratización del
conocimiento.
Así, para lograr la democratización de la
comunicación pública de las tecnociencias
(CPT) se requiere de un trabajo basado en la
asociación de actores y sus interconexiones
con otros actores para que las redes se
mantengan actuando el mayor tiempo
posible.
Con base en esta actualización, englobada en
el término comunicación en red, se requiere
entablar un diálogo entre diferentes actores,
para crear comunidades con mecanismos
participativos entre actores dispuestos a
construir significados mediante la
negociación de posturas y mediante procesos
facilitados por las nuevas tecnologías, definir
cuáles se sostienen.
Así, el concepto de ‘comunicación’, que ha
sido visto tradicionalmente como un proceso
unidireccional, es actualizado de acuerdo con
nuevos tipos de asociaciones crecientemente
mediadas por las tecnologías,
correspondientes a la cuarta revolución
industrial.
Queda claro entonces que, desde la TA-R, es
posible caracterizar a la comunicación en red
como la asociación de actores-red, agencias,
controversias y posturas negociadas en
procesos de interpretación donde ninguna
postura se considera, a priori, como válida
pues los referentes del entorno y el
ensamblaje del actor-red en un momento
dado, serán los que generen significados.
De esta manera, la CPCT es considerada
como un proceso en constante cambio, que
abre su construcción a diferentes elementos,
tanto humanos como no humanos e híbridos,
y cuyo principal objetivo es crear públicos
(Capriotti, 2013; Zincke, 2008, p. 38) que
pongan en común y discutan de manera
cotidiana conceptos tecnocientíficos para
participar en la toma democrática de
decisiones sobre los problemas que los
afectan.
La creación de estos ‘públicos diferenciados
permite ensamblar tanto a actores humanos
con intereses disímbolos como a actores no
humanos que logran la permanencia de las
redes gracias a las nuevas tecnologías como
la nube de internet, la tecnología 5G, el
internet de las cosas y otras tecnologías
emergentes.
Por esta razón, a los públicos ya no se les
puede considerar como recipientes a ser
rellenados con información -como sugería el
modelo tradicional de comunicación de la
ciencia y la tecnología-, sino como públicos
con agencia que realizan una labor
interpretativa y reconstructiva, de acuerdo
con los modelos más democráticos y
participativos.
A la vez, el fomentar las controversias
tecnocientíficas resulta una manera efectiva
para crear y mantener a diversos públicos
interesados si se logra encontrar un
denominador común que ensamble diferentes
intereses e interpele a actores heterogéneos
para abrir la discusión sobre cuestiones que se
consideraban ya estabilizadas (cajas negras).
Finalmente, debido a que los resultados
científicos se han representado
tradicionalmente como descubrimientos
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alcanzados por especialistas que siguen un
método y construyen a un cuerpo de
conocimientos terminados, infalibles y
acumulativos, desde las consideraciones de la
TA-R se combate la idea de ‘certeza’
asociada a la ciencia positivista y al ‘método
científico’, y en cambio se privilegian las
caracterizaciones estocásticas (Andrade et al.,
2020, p.40), es decir, que aceptan un umbral
elevado de incertidumbre (Ruiz-Ruano &
López, 2020, p.140), en oposición a la idea
habitual de certeza (Fioravanti & Velho,
2010, p. 1).
Como es posible constatar, tradicionalmente
las definiciones de ciencia y tecnología
usadas en la CPCT permanecen ancladas en
visiones positivistas y neopositivistas que ya
no describen de forma actualizada los
procesos comunicativos que se llevan a cabo
utilizando tecnologías digitales de la
información y la comunicación.
Entonces, una de las tareas pendientes es que,
frente a la visión dominante de la divulgación,
se lleve a la práctica una visión de
comunicación que privilegia la negociación y
construcción participativa de los significados
en conjunto con las TIC para comunicar el
conocimiento.
Tomando en cuenta estas consideraciones, la
nueva generación de divulgadores puede
acercarse a los públicos sin suponer que
mantiene una superioridad epistemológica
frente a estos.
De esta manera, se combaten las perspectivas
dominantes basadas en el positivismo y el
neopositivismo y el marcado
antropocentrismo en la divulgación de la
ciencia que tradicionalmente ha considerado
a lo humano” como único productor y
transmisor de conocimiento.
Sin embargo, esta forma asimétrica de
comunicar -resumida en el Modelo del
Déficit Cognitivo (Lozano, 2005)- ha
considerado al conocimiento científico como
el único válido, y a su comunicación
simplificada como una vía para llenar las
lagunas presentes en los legos, a través de la
idea de un progreso lineal y siempre benéfico.
Con la aceptación de estas consideraciones
entre las nuevas generaciones de
divulgadores, las nuevas perspectivas y
planteamientos teóricos, se ha comenzado a
cuestionar la idea de la ciencia como un
cuerpo de conocimiento validado por el
método científico, y a su comunicación, como
la transmisión de hechos comprobados por
los expertos para combatir la ignorancia de
los legos, por lo que la TA-R “(…) sugiere un
modo particular de ver no sólo [a] la ciencia
y la tecnología, sino también su
comunicación, a partir de las acciones y
asociaciones” (Mendoza, 2015, p. 185).
Desde esta propuesta, basada en las
consideraciones de la TA-R, es viable
proponer una variación que amplié el
concepto de comunicación en red de forma
que se priorice la construcción de públicos
heterogéneos que tienen capacidad de agencia
y también son poseedores de conocimiento
científico y tecnológico.
También se propone que las siglas que
enuncian el proceso de la Comunicación
Pública de la Ciencia y la Tecnología (CPCT)
se actualicen con el término Comunicación
Pública de la Tecnociencia (CPT) (Martínez-
Sahagún & Escudero-Nahón, 2018, p.52),
propuesta que busca reconocer que la ciencia
y tecnología generan redes que por momentos
quedan hibridados en un mismo actor-red
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(Latour, 2001; Woolgar, 1991) y funciona
para mejorar los procesos divulgativos
actuales.
Tomando en cuenta estos principios, es
necesario generar redes de CPT y divulgar el
conocimiento tecnocientífico al incluir en sus
procesos las fases de: movilización, alianzas,
convencimiento de colegas y medios de
comunicación (Latour, 2001), mientras se
considera que es más importante ubicar
públicos interesados en la ciencia y
tecnología a los que se adecúa mensaje
(Capriotti, 2013) que producir mensajes que
luego se adecúen a los intereses de estos
públicos.
De esta manera, la divulgación de la ciencia y
la tecnología constituyen un proceso que
incluye a una gran cantidad de elementos
conectados en redes que permanecen en el
tiempo.
Con la ampliación de estas concepciones, ya
no se reduce a la ciencia a un conocimiento
teórico de la realidad con fronteras
interminables -como lo señalaba la visión
cientificista-, sino que se reconoce que su
práctica depende de que aumenten o
disminuyan sus conexiones, de modo que una
discusión más conectada -incluso con sus
detractores- redunda en un mayor alcance del
conocimiento.
De esta forma, la democratización del
conocimiento no representa la meta final, sino
un camino que forma redes y comunidades -
mediante la comunicación en red-en la
medida en que sus actores se conectan y
reconectan constantemente.
De manera ideal, con la inclusión de estas
consideraciones se lograría sostener un
diálogo continuo entre científicos, políticos y
colectivos, para fomentar la participación de
la ciudadanía en la ciencia de manera que este
conocimiento se enfoque en la resolución de
los problemas que importan a comunidades
particulares.
Para conseguir esto, mientras se exploran los
aportes de la TA-R y se llevan a la práctica
comunicativa sus implicaciones teóricas,
entre las recomendaciones que se proponen
para implementar modelos comunicativos
que democraticen el conocimiento
tecnocientífico, se propone:
-Evitar concebir a la ciencia y a la tecnología
de acuerdo con la concepción heredada y a la
visión dominante de la divulgación, puesto
que presentan un desfase respecto a los
nuevos escenarios de producción (Torres y
Pérez, 2017) y comunicación del
conocimiento.
-Redefinir y actualizar elementos
epistemológicos y ontológicos presentes en
las teorías de la comunicación a fin de ampliar
la conceptualización de los actores que tienen
capacidad de comunicar ciencia y tecnología.
-Reconocer que un modelo de comunicación
basado en la TA-R, debe considerar la
creación de públicos como una tarea
fundamental para democratizar el
conocimiento tecnocientífico a través de
redes performativas que se sostengan en el
tiempo.
-Redefinir conceptos, procedimientos y
acciones para incorporar una concepción
performativa de los públicos que privilegie su
participación.
-Utilizar las controversias para formar
públicos mediante su inclusión,
interesamiento y enrolamiento en discusiones
tecnocientíficas, en las que se les involucre no
sólo mediante la aportación de recursos a
través de impuestos o contribuciones, sino
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con la generación de conocimiento desde sus
saberes, contextos y experiencias.
-Incluir a actores híbridos como parte de un
diálogo sobre temas tecnocientíficos, además
de evitar dicotomías y esencialismos que los
ubican dentro de un sistema rígido.
Con estas consideraciones se busca generar
modelos comunicativos que combatan las
concepciones unidireccionales y verticales de
la perspectiva tradicional, mientras se
renuncia a la pretensión de lograr una
alfabetización científica universal en todas
áreas del conocimiento.
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