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identificaron, por su parte, una
transformación a nivel global, donde se ha
ido abandonando el concepto tradicional
de empleo a largo plazo y ahora los
empleadores y empleados están
continuamente renegociando las
condiciones de contratación. Como lo
manifiestan también Collins, Scullion &
Vaiman (2015), las organizaciones y sus
empleados son ahora conscientes de que el
empleo de por vida es algo del pasado
debido a la industria 4.0.
En concordancia con lo anterior,
Whyshall, Owtram & Brittain (2019)
afirman que la velocidad del cambio
tecnológico provocada por la industria 4.0,
ha creado una brecha importante entre la
capacidad actual de los empleados y los
requisitos de sus roles, implicando el
considerarse nuevos y más efectivos
enfoques para el desarrollo del talento,
esto aumentará las prácticas de
“contratación lateral” para gestionar el
talento humano, lo que equivale en la
industria 4.0 a una auténtica guerra por el
talento, en donde las empresas tratarán de
retener a los empleados mejor capacitados.
En este sentido, Amaya (2019), plantea
que dentro de la industria 4.0, la retención
del personal se convierte en un importante
eslabón para atraer y fidelizar al empleado,
por lo cual deben empezarse a exponer
variables acordes con las necesidades
actuales de la fuerza laboral, donde ya no
solo la estabilidad juega el papel principal,
pues entran también a ser determinantes
otros aspectos como el bienestar, la salud,
las oportunidades de crecimiento, entre
otras, aspectos de gran peso para el
empleado. Los incentivos serán de todo
tipo con el ánimo de no dejar ir a esos
afortunados empleados de alto valor para
las corporaciones.
Siguiendo con el análisis de esta nueva
revolución y según lo expone el World
Economic Forum (2018), las habilidades
cotidianas que exigían los trabajos
cambian con la llegada de la Industria 4.0,
estas habilidades manuales, mecánicas,
matemáticas, físicas, serán reemplazadas
por habilidades y competencias como el
pensamiento analítico, la innovación, la
creatividad, el diseño de tecnologías, el
liderazgo, la inteligencia emocional, el
razonamiento, habilidades ligadas a la
capacidad de creación y al diseño y
manejo de los nuevos recursos
tecnológicos disponibles en el mercado.
Esta es una realidad que no dará cabida a
aquellas personas incapaces de estar
continuamente preparándose y
fortaleciendo sus habilidades para
adaptarse al entorno cambiante, las cuales
quedarán rezagadas en el mercado.
Una estrategia clave para impulsar la
innovación y el progreso de un gran
número de organizaciones en las últimas
décadas, ha sido la conformación de los
clústeres empresariales, los cuales, como
mecanismo de cooperación, ofrecen
importantes ventajas. Becerra & Álvarez
(2011), agrupan conceptos de varios
autores en donde los mismos convergen en
una idea principal, es común la idea de que
los clúster o redes empresariales,
proporcionan a sus integrantes el acceso a
recursos humanos cualificados, incentivar
la transferencia de información y
conocimientos, brindan facilidades para la
innovación, la implementación de
servicios especializados de tecnología, la
compra de insumos, beneficiarse con los
eventos promocionales, aumentar la