organización?); Yo tengo (¿Qué es lo que tengo dentro de mi organización?), y la última propuesta, Nosotros
podemos (¿Qué podemos hacer nosotros dentro de esta organización?). El conjunto de estas miradas, aspiran
a generar una perspectiva sistémica del autocuidado dentro de las empresas” (Veliz, 2015).
Como se puede apreciar, este modelo se complementa con el modelo de Greiner cuando Veliz (2015) comenta:
“Los cuidados que requiere una organización para mantener un crecimiento sostenido son los siguientes:
Cuidar a sus líderes, a sus trabajadores, a los proveedores, a los clientes, al negocio, a los potenciales clientes,
a la relación con la prensa; cuidar el diálogo con los líderes de opinión, con la competencia, con el sector;
cuidar las conversaciones, el planeta, la cultura, la creatividad interna”.
Modelo A.B.A.T.I.R y los niveles de Transformación resiliente
Creado por Nelson Quintero Weffer y Mayte Bracho Sánchez, este modelo de resiliencia tiene un enfoque
soportado en la programación neurolingüística – PNL. Creado a partir de los niveles neurológicos diseñados
por Robert Dilts, “el modelo ABATIR debe su nombre a las siglas de cada uno de los elementos que componen
el modelo: Alcance, Balance, Autocontrol, Temporalidad, Interpretación y Relación. Cada elemento es
considerado un nivel de transformación resiliente, y cada nivel contiene una serie de competencias, actitudes
y habilidades que debe poseer la persona resiliente” (Quintero & Bracho, 2009).
En las organizaciones, el nivel ALCANCE se refiere a los problemas que pueden presentarse producto de la
forma como se perciba la adversidad y que influyen en las diferentes áreas de la organización. Respecto al
término BALANCE, el modelo lo toma como la sumatoria de conductas y actitudes del equipo de trabajo.
Dentro de estas conductas y actitudes aparecen el comportamiento y el temperamento, la esperanza, el
optimismo, sinergia, aspectos claves de las características de una persona resiliente. En lo que tiene que ver
con el AUTOCONTROL, Quintero y Bracho (2009) lo definen como “el grado en el cual el individuo siente
que puede influenciar sobre las situaciones difíciles o las adversidades y que ante el fracaso no se detiene a
buscar culpables ni a lamentarse de su ineficacia o la de los demás, sino que asume su propia responsabilidad,
al sentirse capaz de cambiar el curso de los acontecimientos en la dirección de sus propias metas y valores”.
En cuanto a TEMPORALIDAD, está relacionada con aspectos culturales como las creencias que tienen los
integrantes del equipo de empresa; está dirigida a reconocer cuánto podría durar la adversidad y cuánto se
puede resistir. Respecto a la INTERPRETACIÓN, ésta se relaciona con la capacidad que tienen los individuos
de interpretar los hechos que suceden en la actualidad y la forma de darle sentido a éstos. Acá vale la pena
mencionar que esa interpretación está dada de acuerdo con los modelos mentales de cada integrante de la
organización de ahí la razón de traer a colación la definición que (Senge, Kleiner, Roberts, Ross, & Smith,
1994) realizan sobre modelos mentales: “son las imágenes, supuestos e historias que llevamos en la mente
acerca de nosotros, los demás, las instituciones y todos los aspectos del mundo”. La persona resiliente debe
poder observar, en lo posible alejado de todo sesgo, la realidad para poder darle una interpretación que le
resulte aceptable. Finalmente, el concepto RELACIÓN los creadores del modelo de resiliencia ABATIR lo
consideran como “el nivel donde el entorno social juega un papel fundamental para la construcción de las
personalidades resilientes”.