REVISTA INNOVA ITFIP, 11 (1). 55-75. DIC. 2022
Turismo comunitario
Al abordar el tema del turismo comunitario, son varios los autores que se han dado a la tarea de investigar al
respecto.
Un

primer

estudio

que

se

trae

a

colación

es

el

realizado

por

Kieffe

(2018)

el

cual

recopiló

los
principales conceptos claves vinculados a la actividad del turismo rural comunitario (TRC), con el objetivo de
definir
un

marco

teórico-conceptual,

a

partir

de

enfoques

multidisciplinarios

de

las

ciencias

sociales,

que
permitiera abordar de manera holística el tema del TRC. Para lograr este propósito el autor realizó una revisión
bibliográfica de conceptos claves vinculados al TRC en la literatura internacional, y particularmente en los
trabajos
publicados

en

América

Latina.

El

estudio

también

se

retroalimentó

y

nutrió

de

observaciones

en
campo, talleres y pláticas con actores del TRC llevadas a cabo en los últimos diez años. El autor destaca que
los enfoques que se han dato al TRC por parte de los programas de cooperación internacional o de políticas
públicas acerca de los temas de desarrollo, lucha contra la pobreza y conservación de los recursos, no han
ofrecido una respuesta satisfactoria para el estudio del fenómeno que representa este tipo de turismo, por lo
que es necesario construir un nuevo marco teórico-conceptual que contemple la realidad actual del medio rural
y su papel multifuncional en la sociedad. En este orden de ideas al desarrollo comunitario debe ser visto como
un proceso de construcción social que no sólo fomente el crecimiento económico, sino que también integre
factores socio-culturales como elementos clave de este proceso, siendo la acción colectiva, la escala geográfica
reducida, el constructivismo y el conocimiento esto nuevos elementos clave. El TRC viene a ser entonces una
herramienta más del proceso, que se debe abordar como una forma específica de turismo ligada al objetivo de
desarrollo comunitario, en el que la participación de los actores es un eje central.
Por
su

parte,

Muñoz

y

Martínez

(2021)

se

propusieron

investigar

el

papel

que

cumplen el

gobierno

y

las
empresas
con

respecto

al

turismo

comunitario.

Mediante

una

revisión

sistemática

de

literatura

lograron
identificar los roles para los actores involucrados, en donde el gobierno cumple un papel de intermediario y
supervisor de este tipo de turismo, fomentando la legalidad a través de las diversas regulaciones y mecanismos
de protección preservación de los diferentes recursos culturales, ambientales y sociales.
Por parte de las empresas, se identifica que estas asumen un rol de inversionistas, generando empleo para los
habitantes
locales

y

propiciando

el

crecimiento

económico

sostenible

en

las

zonas

de

influencia

de

los
proyectos
turísticos.

Los

empresarios

aportan

su

mentalidad

innovadora

para

potencializar

los

negocios
aprovechando los atractivos locales como la flora, la fauna, la gastronomía, la cultura, entre otros. Otro estudio
interesante fue el llevado acabo por Mullo-Romero et al. (2018) quienes se propusieron caracterizar el turismo
comunitario como una actividad alternativa a la globalización y, a su vez, determinar la incidencia de esta en
el turismo comunitario como elemento coadyuvador de los sectores en los que se practica esta actividad.
Entre los principales resultados que arrojó esta investigación se tienen que el turismo comunitario permite
reanimar las zonas deprimidas, aumenta y garantiza la permanencia de formas de vida tradicionales, crea una
actividad económica complementaria a las formas productivas tradicionales y contribuye a la generación de
empleo.
Adicional

a

esto

propicia

la

integración

entre

municipios

urbanos

y

rurales

incrementando

los
contactos y creando una mejor coordinación entre ellos. Se fortalece también la cooperación intermunicipal,