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REVISTA INNOVA ITFIP, 9 (1). 83-98. DIC. 2021
talento los recursos financieros necesarios para que accedan a la tecnología y a los mercados que
les permitirían llevar adelante su iniciativa; asimismo, consiste en facilitar el encuentro de personas
que no posean cada una los tres tipos de talento humano, puedan todas juntas aportar al grupo y
formar alianzas con posibilidades de éxito
Por otra parte, Duran (2016) sostiene que el emprendimiento se está convirtiendo en el centro de
planes estratégicos gubernamentales, estudio de diversos investigadores y alternativa para muchas
personas alrededor del mundo debido a su importante papel como motor de desarrollo económico
y social. La acción emprendedora tiene un comporta-miento pendular, de pronto los roles cambian
y
las

tendencias

oscilan

entre

agrupar

las

funciones

en

torno

al

emprendedor

y

enseguida

en
desagregarlas. No obstante, las aportaciones de aquellos que con iniciativa deciden perseguir una
idea
y

transformarla

en

un

negocio

es

relevante

para

la

sociedad.

Desde

los

inicios

de

la
Administración como objeto de estudio, las empresas surgen a partir de una necesidad de mercado
que debe ser resuelta.
Fortalecimiento económico
Las implicaciones económicas del emprendimiento están consideradas como factor determínate en
el
proceso

productivo

y

soporte

de

ingresos

económicos

del

emprendedor

su

núcleo

familiar,
contribuyendo a las finanzas públicas municipales, y nacionales, sus decisiones sobre la inversión
asociada
con

los

procesos

de

producción

favorecen

la

rentabilidad

y

por

ende

la

creación

de
riqueza. Por consiguiente, las decisiones y acciones que se tomen en favor de concretar una idea
de
negocio

deben

estar

revestida

de

una

postura

bien

aterrizada

y

acogida

de

tal

manera

que
minimice
los

riesgos

las

incertidumbres

en

función

de

poder

garantizar

el

éxito

de

la

nueva
organización, la innovación y las decisiones financiera serán de gran utilidad para alcanzar los
objetivos trazados.
Tradicionalmente,
la

teoría

económica

ha

analizado

el

emprendimiento

como

una

decisión
totalmente
racional,

en

la

cual

el

individuo

tiene

en

cuenta

toda

la

información

disponible

y
compara los beneficios potenciales de crear una empresa con las otras alternativas que tiene. En
esta corriente, se ha determinado que existen una serie de factores demográficos y económicos que
facilitan
el

comportamiento

emprendedor,

entre

los

que

podemos

citar

el

nivel

educativo,

la
experiencia previa, la edad o el género. Sin embargo, este enfoque se puede completar con ot ro
proveniente de la psicología y la sociología, en el cual se considera que los individuos también se
guían por las percepciones que tienen sobre sus valores y aptitudes para emprender, hasta como las
percepciones sobre la cultura que les rodea. (Montero y Camacho, 2018).Para, Block, et al., (2016)
sostienen por medio del cuadro se presenta a la hora de establecer el papel que se desempeña el