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REVISTA INNOVA ITFIP, 9 (1). 83-98. DIC. 2021
En este orden de ideas, Reyes (2014), considera que, por lo general la iniciativa empresarial se
relaciona con la capacidad de crear empresas. Sin embargo, al ser considerada como un valor, es
mejor describirla en términos del espíritu emprendedor. Este refleja una manera de pararse en el
mundo con una actitud y disposición de acción frente a las dificultades que solemos enfrentar en
nuestra
vida

cotidiana.

El

espíritu

emprendedor

implica

pasar

del

preocuparse

frente

a

las
adversidades, al ocuparse de ellas; consiste en transformar los problemas en oportunidades; nos
conduce
a

entender

nuestros

errores

como

posibilidades

de

aprendizaje,

y

los

fracasos

c omo
contingencias superables. Inculcarlo nos encamina a despertar y preservar la curiosidad, el sentido
crítico, la búsqueda de alternativas y la creatividad.
En tal sentido, los gobiernos han entendido muy bien la importancia del emprendimiento, por ello
han iniciado programas de apoyo a emprendedores, para que alcancen su propósito de crear su
propia unidad productiva; en casi todos los países existen entidades dedicadas exclusivamente a
promover la creación de empresas entre profesionales y quienes posean conocimiento específico
suficiente
para

poder

ofertar

un

producto

o

un

servicio;

en

el

caso

de

Colombia,

el

Gobierno
Nacional
expidió

la

Ley

1014

del

2006

con

el

objeto

de

promover

el

emprendimiento

a

nivel
nacional
y

departamental,

a

partir

de

la

constitución

de

las

redes

nacionales

y

regionales

de
emprendimiento. (Triana, 2014).
Con base a lo anterior, y según Ortega y Kamiya (2013) En la medida en que la política pública
sea capaz de facilitar la interacción y la formación de las alianzas y redes neces arias para que las
personas con buenas ideas se conecten con aquellas que están dispuestas a tomar riesgos moderados
y
con

las

que

tienen talento

gerencial,

se

aumentará

la

cantidad

de

emprendimientos

viables

y
productivos en la economía. A diferencia del mercado de capital, o incluso del mercado de trabajo,
en
estos

casos

no

existen

lugares

donde

se

pueda

acudir a

intercambiar

estos

talentos

por

una
compensación, por lo que aquí se plantea la facilitación de este tipo de intercambio como objetivo
valioso de la política para el emprendimiento.
Por consiguiente, él y en cuanto a las acciones que fomenten el espíritu emprendedor concibe como
aquellas circunstancias por medio del cual un sujeto adopta una postura que le induce a tomar una
decisión en relación materialización de una idea de negocio, le cual redundará en la creación de
una nueva organización, cual tendrá como propósito concretar una iniciativa productiva. El hecho
que contempla la categorización del emprendimiento consiste en la apropiación de rec ursos que
inciden positivamente en la creación de nuevos empleos, producción y rentabilidad económica,
como quiera que este contribuye al establecimiento de redes de producción las cuales buscaran
introducir nuevos productos que satisfagan las necesidades de la sociedad. (Ortiz, 2019).